Con la suavidad del Aire y su gran amor, arrancó la venda que creé durante toda mi vida.
Pude ver lo que soy y comprender que la lucha no es contra el mundo, sino contra mi.
Ya no le encuentro sentido a nada y mis ganas de dormir se rindieron ante la ansiedad, ante la pena.
La pena de asumir que lo único sincero que llegó a mi vida, lo perdí; por no querer ver, creer ni aceptar la mierda en que he estado sumergida, la mierda de persona en que me convertí.
Cuando tomo el peso de mis actos, el pecho se aprieta con los recuerdos...
las lágrimas caen y siento el dolor que causé, lo que marqué, lo que marcó, lo que se grabó dentro de mi mente, lo que vió, lo que expuse, lo que no protegí, lo que comprendí y acepté cuando era demasaido tarde...
pero ella dice que se pasará...(cuan equivocada está)
ella dice que no debo sufrir...(ella no sabe)
ella sabe que le temo al dolor y también que siempre he arrancado...